lunes, 16 de mayo de 2011

:: Contra la indiferencia.

Quiero conocer tus oscuridades y tus luces,

recorrer con mis dedos tus temores

y abrazarme a ellos.

Quiero inventarme un nombre impronunciable

para esto,

Y que lo usemos juntos.

Pasar de la condescencia al peso,

arrastrándome, para que tú me levantes

sin decir palabra.

Quiero encadenarme dolorosamente a tu presencia

y que te diluyas en mi, o yo en ti,

como extensión del mismo cuerpo.

Así, podría arrancar a mordiscos la cadena

hasta que me sangrasen las encías y se me nublase la vista.

Así, por la sangre sabría que no te sueño,

Y que tanto existes tú como yo,

aunque lo que aquí escriba no sea cierto.


Enrique Latorre-Ruiz 2011

sábado, 14 de mayo de 2011

:: Lo cierto del juego, es que no hay juego.

Dejaré de jugar con la palabra
cuando mi ser deje de arrastrarse por el suelo.
Dejaré de buscarte en cada verso
cuando me seas ajeno y sideral,
o tú me lo pidas.
Dejaré de respirar, lo prometo,
cuando mi mirada no te toque
y se crucen nuestros besos.


No me voy a despedir,
me niego a corresponder tu displicencia.
Prefiero seguir día tras día visitando tu recuerdo
hasta que se marchite en mi memoria y se haga remoto.


Habrá entonces llegado mi hora, también la tuya.
Habré[mos] muerto,
pues seré otro yo distinto tan perverso como el que soy ahora.
Sólo quedará la extrañeza de haber escrito el perfil
de estos versos que veré de lejos,
Y no serán míos.


Te recordaré con cariño, si es que te recuerdo.
Uno más, uno menos, en el movimiento perfecto
que dibuja mi conciencia al trepar por el Tiempo.


Lo único constante es la métrica y la geometría de la letra.
El desenfreno estético, la constancia del desaliento.
El contemplar, por el sencillo goce de ver lo que yo pongo.
La mentira.


La poesía, como todo recuerdo,
cuando es indiferente
da miedo.



Enrique Latorre-Ruiz 2011

viernes, 13 de mayo de 2011

:: Animo

Te pienso. Decirte cualquier cosa es ridiculo, por eso aguardo a verte y a abrazarte. Únicamente con ese gesto cobarde, si acaso incluso trivial, puedo presentarme.

La miseria y la caridad que la acompaña, cuando es real asusta. Al igual que todo poema.

Agarrate de mi brazo y tomemos el último trago, sin decir nada. Despues nos despedimos con un ligero apreton de manos, entre palabras que no dicen nada y miradas que lo dicen todo. Te quiero, aunque no te lo diga y a veces no lo parezca.

domingo, 1 de mayo de 2011

:: No morir en el intento.

Al final todo se reduce a un mal examen de contextos. Pensar que lo que tienes delante es algo más que alguien sin pantalones es una idea absurda, y por muy espontáneo que parezca haber llegado a esta situación, es mentira. Tú siempre lo has controlado todo.


En el fondo lo que hago no es más que comerme la mierda y el orgullo. Siempre me callo lo que pienso por si estoy adelantando acontecimientos y metiendo una vez más la pata. Pero no, esta vez no era psicosis mía y así estoy, rozando la autocomplacencia mientras tecleo lo que te diría si te estuviese montando el pollo que te mereces.

Tiene cojones el percal, que no habiéndome dejado elegir me hagas sentir como el responsable de todo. Pero ya está, te dedicaré mis colillas durante un par de horas más y seguro que duermo bien. Importas muy poco en medio de todo este circo.