martes, 31 de agosto de 2010

:: Huye cobarde que el culo te arde. -prestamo literario-

no pongas un kant en tu vida
huye de la filosofía y huirás de la locura
huye cobarde que tu culo te arde
no seas estrictamente moral
no busques tener razón
no profundices hacia lo que nunca llegarás a saber con certeza
debajo del mar no hay posibilidad de vida para ti
oh humano, que lo quieres todo,
la bombona de oxígeno durará poco.
por mucho que pienses no existirás más que nada
no pongas un descartes en tu mesilla de noche
no temas volverte loco
oh humano, que lo controlas todo,
porque cuando pierdas el juicio no te darás ni cuenta
sospecha, si acaso, de la importancia de las cosas importantes.
el arte morirá en la hoguera
mientras tanto, bendita sea, no?
cuando te digan que los reyes magos existen
te resultará más útil creerte esto que reconocer que pretenden engañarte
tu vulnerabilidad racional está siempre al descubierto
en el póker de dados gana quien mejor hace creer
quien miente, compite
se habla de la verdad en metafísica
pero yo no sé qué es mentira
y, sin embargo, miento
a veces también digo la verdad, si la veo.
la verosimilitud queda bien en un currículo.
no pongas una pregunta incómoda en tu boca
a nadie le gusta la incomodidad
sólo el faquir duerme sobre camas de pinchos
oh faquir, dime cómo lo haces!
oh faquir, tú sí que sabes que es sentir porque sabes no sentir...

si quieres respetar no tienes que molestarte en intentar entender
se dice loentiendoperonolocomparto
o se dice lorespetoporquenisiquieraloentiendo- simplemente lo ignoro
a veces todo es tan fácil que asusta
entre el barroco y el minimalismo algo pasó
uno acojona, tan imperioso, el otro cohíbe, tan cuidado-no-vayas-a-manchar!
no pongas mediciones en todo
tampoco hagas meditaciones de todo
déjate querer
solamente procuro mantener viva la heroína que hay en mí
y sospecho que yo siempre ganaré queriendo

Palito

martes, 24 de agosto de 2010

:: En el tedio

Me regalaste un beso,
Suave, húmedo.
El primero de muchos otros
que me robaste.


¿Yo?, yo no tengo nada que ofrecerte,
Te lo has llevado todo.
Solamente, en el silencio de mi habitación
miro el techo.


Bajo mis pies descalzos un recuerdo
de vida alegre, quizás
el remordimiento de dejarte morir entre mi cuerpo.


No hay esperanza para los que suspiramos,
sólo versos, -si se les puede llamar así-
malos, lapidarios.


En el silencio de mi habitación
cambio de postura… y miro al techo.

Larga tarde en el tedio del verano.

Enrique Latorre Ruiz