miércoles, 27 de agosto de 2008

:: I

Resulta irónico tener que acudir aquí por segunda vez en esta semana, aunque en esta ocasión no sea para dar quejas.

¿Alguna vez habéis tenido esa sensación horripilante de perder el control? ¿Esa corazonada de sentir que todo lo hacéis mal? Que vuestra vida se os escapa a cada segundo de entre los dedos sin poder siquiera ser conscientes de ello. Y Todo gira, mucha mierda que os rodea. Emociones que no sabéis de donde brotan, y todo girando. Corres a lo largo de un pasillo, en busca de un lugar seguro, una habitación donde. Oyes gritos a tus espaldas, te pisan los talones. Te van a coger y todo girando. Imágenes inconexas intentos de retomar el control, Como una gran borrachera. Todo da vueltas. Alquitrán liquido brotando de la garganta. Gente de plástico con agujeros que pierde sabia y regaderas que no tienen ni agujeros ni agua. Muecas de risa que meten miedo.

Entonces llegas al final del pasillo a una habitación vacía, caes al suelo empujado par la falsa fuerza de un techo cayéndote encima, más gritos. Ves una luz, y todo se detiene. Pero al incorporarte, todo empieza de nuevo. Jarras de agua fría en la espalda, gritos en la nuca y más vueltas. Muchas vueltas.

domingo, 24 de agosto de 2008

:: La franqueza del que calza y viste

Cada día que pasa entiendo menos. A mí que me perdonen pero cada día entiendo menos. ¿Es que el mundo se ha vuelto loco? ¿Es que ya no queda nadie con un apice cordura? Todo parece ir al revés. Los orangutanes sin cerebro dominan la sociedad. Al karayo la evolución de Darwin.

Llevo dos semanas cagando hacia dentro, con esa horrible sensación de presión en el costado, con esa hinchazón y esos calores fríos que me suben de los pies a la cabeza y que hacen que me palpiten las sienes y sienta rabia. La misma rabia que se me pudre por dentro y explota. Es entonces cuando me siento frente al teclado vomitando palabras, convulsionando sentimientos. No es justo perder un amigo, que no un compañero. El dolor se aferra como una cadena a la mano izquierda mientras en la derecha blandes la poca entereza que te queda. En unos momentos tienes que hacer un esfuerzo sobre humano para mantenerte sereno y en otros un esfuerzo sobre humano para creértelo. Por que eso es lo más difícil, asimilar el golpe.

Entras en el tanatorio y ves a todo el mundo saludándose y hablando amistosamente. Mientras, tú apuñalado por dentro al encontrarte cara a cara con el pastel. Y aun no ha llegado lo peor, falta la familia y la casi familia. Por un lado los carnales, me entran escalofríos solo de pensar en volverme a acercar a ellos, ¿Qué les vas a decir tú?, ¿Quién cojones eres tú para decirles nada? Y por otro los no carnales, esa amiga intima del difunto que se te agarra fuertemente para sentirte cerca y tu, amigo que no compañero, te rompes por dentro. No lo resistes más.

Pero señores, aun no ha llegado lo peor. El funeral. Tener que cantar canciones que providencialmente te recuerdan al fallecido. Y el director decir que si te entran ganas de llorar aprietes las muelas y cantes, hasta desgarrarte las cuerdas. No lo resistes más. Pero aun no es lo peor, la gota que colma el vaso viene cuando gente que casi ni conocía al difunto, se ponen peor incluso que el o la mejor amiga del difunto. Y tu allí, amigo que no compañero, haciendo tripas corazón, apretando el culo con los pies bien juntitos y soportando las ganas de meterle una paliza al personal.

Pasan los días, y más frivolidad aun, no hay otra manera de describirlo. Nicks en el Messenger, poesías estúpidas y muchas ganas de llamar la atención. Pese a quien le pese. A mi me hacéis daño. Y aunque prometí no juzgar a nadie al hacerme cristiano hay veces que me entran ganas de sacar el puño americano, reventar un par de piños y vengar la memoria de una amiga, que no compañera.

Perdonarme todos los que os podáis sentir aludidos, o lo digo o reviento.

miércoles, 13 de agosto de 2008

:: Cuatro pelos tiene mi barba

El tiempo pasa. Bonita frase para estrenar el blog a sabiendas de que nos encontramos a las puertas de aterrizar en esa vida universitaria tan deseada. Deseada, pero no esperada. Muy distinto es desear desde lo más profundo y otra cosa es esperar la llegada de un acontecimiento. Lo que uno desea no tiene por que cumplirse siempre, pero… en fin, hay veces que da gusto poner los pies en el suelo y estrenar el día sabiendo que lo has logrado y ¿porque no? Eres un maquinon. Todo lo que harás a partir de ahora será nuevo, y el nerviosismo se hace notar. No obstante la sensación no dura mucho, o eso espero, por que la mezcla entre inseguridad, sudoraciones frías y cagaleras varias no es muy agradable que se diga.

Y por eso estreno blog. Nos vamos haciendo mayores y vamos formando parte de ese entresijo metafórico y cerrado herméticamente mundo adulto. Es entonces cuando llegan las largas sobremesas de verano, las cervezas y el “tapeo” variado. Todo o casi todo está permitido porque….haa!! “ya somos adultos”. Te salen esos cuatro pelos molestos en la barbilla y hasta los niños te llaman señor. En definitiva, eres igual que antes, pero con 18 años y lo único que te diferencia como adulto de los niños, es el precio de tus jueguetes.