martes, 24 de agosto de 2010

:: En el tedio

Me regalaste un beso,
Suave, húmedo.
El primero de muchos otros
que me robaste.


¿Yo?, yo no tengo nada que ofrecerte,
Te lo has llevado todo.
Solamente, en el silencio de mi habitación
miro el techo.


Bajo mis pies descalzos un recuerdo
de vida alegre, quizás
el remordimiento de dejarte morir entre mi cuerpo.


No hay esperanza para los que suspiramos,
sólo versos, -si se les puede llamar así-
malos, lapidarios.


En el silencio de mi habitación
cambio de postura… y miro al techo.

Larga tarde en el tedio del verano.

Enrique Latorre Ruiz

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